El S.N.P. controla las actividades
de carácter involuntario y también las actividades que permiten a nuestro
cuerpo mantenerse informado de lo que ocurre en el mundo exterior y responder a
dichos cambios.
Está formado por nervios
que se ubican fuera del S.N.C. y por ganglios (que están en el trayecto de los
nervios). Estos nervios se dividen en 12
pares de nervios craneales y 31 pares de
nervios espinales.
Estos nervios llevan la
sensibilidad del cuerpo hacia el S.N.C y, a su vez, conducen las respuestas de
este hacia el cuerpo.
Los nervios craneales se ubican a
lo largo de la cabeza y cuello, y los espinales están ubicados en el resto del
cuerpo.
Los reflejos
Los reflejos son respuestas
innatas e involuntarias frente a un determinado estímulo. Esta actividad
refleja, afecta solo a determinadas partes del cuerpo a las que llega el
estímulo.
Los reflejos no solo se observan
en los animales más simples, sino también en el hombre.
Por la
acción de los reflejos, este
puede llevar a
cabo una serie
de actividades que no implican un
control voluntario y son vitales para el buen funcionamiento del organismo. Por
ejemplo: la tos, el estornudo, los movimientos respiratorios, los movimientos
cardíacos -o del corazón-, la variación del grado de abertura de la pupila, el
diámetro o calibre de las arterias, el parpadeo, etc.